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Mostrando entradas de febrero, 2018

Primer domingo de cuaresma: Redescubrir nuestro bautismo

En la segunda lectura de la Santa Misa de hoy san Pablo cita el diluvio universal, cuyo final escuchamos en la primera lectura. San Pablo se refiere al agua del diluvio como “ un símbolo del bautismo que actualmente os salva ”. Al mismo tiempo, el Apóstol se refiere al significado del bautismo: “ no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura ”. Cada uno de nosotros recibió en su momento el sacramento del bautismo, algunos cuando eran niños, otros ya mayorcitos. Lo importante es que en ese momento recibimos una dignidad única, la de ser hijos de Dios. Nuestro Creador no espera otra cosa que vivamos coherentemente esa condición. No ser coherentes es como decir que hay un bombero que no sabe apagar fuegos, o un médico que no sabe de medicina. Un hijo de Dios debe vivir como tal. El bautismo, hecho importante en la vida de cada uno de nosotros, marca un final y un inicio. Marca el final de una vida separada de Dios , donde domin

Domingo 5 del tiempo ordinario ciclo B. Jesús y la adversidad.

Jesús: la mano en la adversidad Las lecturas de hoy son una invitación a considerar un punto muy particular en nuestra vida. Normalmente, cuando gozamos de plenitud de fuerzas, podemos sentir la tentación de pensar y sentir que somos perfectamente autosuficientes. Cuando todo va “viento en popa”, es fácil olvidar que lo que somos y tenemos no solo ha sido por nuestras solas fuerzas, sino gracias a la ayuda de otros y, sobre todo, gracias a la Bondad de Dios Nuestro Señor. Es precisamente en la adversidad donde cada quien nota que no es tan fuerte y capaz como se imaginaba, se percata que hay cosas que están fuera de su control y que dependen más de los demás; es en ese momento cuando cada quien se percata que, si hubiese actuado de otra manera, tal vez hoy los resultados hubiesen sido diferentes. En la adversidad cada quien se da cuenta de sus limitaciones. Y es en la adversidad donde frecuentemente se levanta la mirada al cielo para buscar la ayuda divina. En la