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Mostrando entradas de noviembre, 2019

El Señor vendrá

Ya lo confesamos en el Credo: “Subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Y desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y a muertos”. - El mensaje de Cristo Jesús nos da un sentido completo a nuestra vida. Hoy se nos invita a poner la mirada en el fin. Escuchamos en las lecturas de nuestra Santa Misa de hoy como el Señor instaurará un reinado de paz (Is 2, 1 – 5). Y así ocurrirá. - En el tiempo que media entre nuestro hoy y la segunda venida de Cristo hemos de vivir de tal modo que ganemos la vida eterna. - La cultura moderna invita a todos a vivir como si Dios no existiera o como si no existiera la vida futura. Los medios de comunicación crean necesidades en las personas y empujan a gastar dinero en cosas que no necesitan, o en actividades que prometen diversión “ilimitada”. Muchos quieren reflejar que viven tomando alcohol y dando escándalos, porque piensan que el hombre ideal debe vivir así o quieren ganarse el reconocimiento de personas que viven i

Jesucristo es Rey

            En la segunda lectura de hoy escuchamos un pasaje de la carta de San Pablo a los habitantes de Colosas en donde resume lo que la Iglesia ha profesado desde el inicio sobre Jesús, Nuestro Señor. Hay un par de versículos que son el fundamento de la entrega de nuestra a vida a la voluntad de Cristo: “ Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él ”. (Col 1, 15 – 16) .             Jesucristo, desde sus inicios, predicó el Reino. Un Reino tan especial que no es terreno ( mi reino no es de este mundo , respondió a Pilatos [Jn 18, 36]), pero que comienza aquí en la tierra ( el reino de Dios está en medio de vosotros [Lc 17, 21]) y tendrá su definitivo cumplimiento al fin de los tiempos ( cuando venga el Hijo del hombre se sentará en su trono de gloria [Mt 25, 31]). .             Hay una r

El fin llegará, no sabemos cuándo, pero llegará

Lo propio de la visión profética es ver una sucesión de hechos, pero no percibir qué tiempo media entre un hecho y otro. Así que hay que el profeta ve hechos pero no tiempo. De este modo hay que interpretar las visiones proféticas y el Señor así lo hace saber: “ es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida ”. San Pablo está claro en esto, e invita a todos los cristianos a no dejarse llevar por falsos mesianismos. -- De igual manera, el Señor nos invita a estar atentos a esos “falsos mesías”: « Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida ». -- Los seres humanos sin fe temen el fin de este mundo (y temen el fin de su propia vida) porque han puesto su razón de existir en este mundo. Y creen, firmemente, que sin Dios es posib

¡Vamos a resucitar!

Dios fue dando a conocer poco a poco su designio de salvación. Una de las cosas que tardó un poco en hacer saber a los hombres es el hecho de la resurrección futura. . Leemos en los primeros libros de la Biblia que los que morían quedaban como dormidos o que su existencia pasaba a una especia de “espacio negro” donde no había nada. En otras palabras, al inicio de la Revelación los hombres pensaban que su vida terminaba cuando cerraban los ojos a este mundo. . Poco a poco, Nuestro Señor fue haciendo saber a los hombres que tiene un proyecto eterno para nosotros: la felicidad eterna con Él. De hecho, escuchamos en la primera lectura del libro de los Macabeos, que ya los jóvenes tenían el firme convencimiento de la resurrección futura, para la felicidad eterna o para la condenación eterna. Así se lo dice el cuarto hermano: “ Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se tiene la firme esperanza de que Dios nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida ” (2Mac 7,

No importa lo que hayas hecho

Es triste percatarse cómo se ha ido diluyendo el mensaje de Cristo Jesús en los católicos de nuestra época. Hoy, la gente, haciéndole coro al Demonio, se burla de la gente que asiste a la Iglesia. Hacen afirmaciones tales como “¿qué va a hacer ese diablo en la Iglesia? ” o “ ¿para qué vas a la Iglesia si eres tremendo pecador? ” u otras frases por el estilo. Esas personas ignoran el atributo principal de Dios: Dios es amor (1Jn 4,8). .             En la primera lectura de la Misa escuchamos una hermosa oración que hace el autor del libro de la Sabiduría donde canta las maravillas que Dios ha hecho y el amor de Dios por los hombres, siempre dispuesto al perdón. Es una oración que vale la pena la recitemos con frecuencia. .             Muy por el contrario de lo que piensan esas personas, no es necesario ser un “santo” para ir a la Iglesia. Lo único necesario es ser humilde, y tener la intención de poner nuestro mejor esfuerzo por amar a Dios Nuestro Señor cumpliendo sus mandamient