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Mostrando entradas de septiembre, 2019

"Si no escuchan a Moisés y a los profetas..." (Lc 16, 31)

El Evangelio de nuestra Santa Misa de hoy tiene una gran cantidad de mensajes de parte de Nuestro Señor. Podríamos hacer muchas reflexiones diversas. Hoy te propongo una: - El Maestro quiere poner en el tapete la actitud soberbia y orgullosa del rico. El Señor no dice si su riqueza es bien habida o no. Solo dice que su corazón había llegado a un extremo en poner su confianza y su vida entera en los bienes materiales, a tal punto que se olvidaba de las personas necesitadas que estaban a su alrededor. Es llamativo que el rico (que la tradición le llama Epulón ) reconoce a Lázaro, lo que quiere decir que, efectivamente, en vida le conocía porque estaba frente a su casa. - Cuando una persona deja que el corazón se le envenene con la soberbia, el orgullo, la codicia, etc., esa persona se vuelve insensible a las indicaciones que hace el Señor a lo largo de la vida. No le interesa. Se siente seguro por lo que tiene ahora. Llega al olvido de Dios: no le interesa. - Hay un gesto del ric

¡Audacia! ¡Somos hijos de la luz!

Después de relatar la parábola del administrador injusto, el Señor deja una reflexión: “ los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz ” (Lc 16, 8). Y esto es un aviso para los creyentes en Cristo Jesús de todos los tiempos. -- No obstante, el Señor deja entrever otra enseñanza. Nos hace ver la sagacidad y la astucia con la que actúan los hijos de las tinieblas, pero reclama que esa misma sagacidad y astucia para el bien faltan en los hijos de la luz. Y, nuevamente, el Señor tiene razón: aún cuando sabemos que vamos por el camino del bien y que estamos haciendo lo correcto, somos timoratos. -- Encontramos miles de “peros” para extender el Evangelio o para realizar una buena acción. Siempre se encuentran “mil cosas más importantes”. “Sudamos” para entregar una publicación con un mensaje cristiano, pero, un distribuidor de drogas se ingenia para expandir su “mercado” con nuevas estrategias o un esotérico anda al acecho de nuevos tontos a qui

Errar es de humanos, rectificar el error es de sabios y diabólico perseverar en el error

         Este viejo adagio latino significa: Errar es de humanos, de sabios rectificar, diabólico perseverar en el error. Como siempre, los antiguos tienen razón. --          En las lecturas de hoy, encontramos diversas figuras que nos hablan de estas facetas: --          Equivocarse es de humanos . Ciertamente nuestra naturaleza humana no es perfecta y podemos equivocarnos en nuestra manera de ver el mundo, de tratar a los demás y de conducirnos personalmente. Si bien Dios nos ha dado suficiente inteligencia y voluntad como para poder comportarnos rectamente delante de Dios, con los demás y con nosotros mismos, aún así podemos dejarnos llevar por los demás, olvidando que hemos de responder personalmente por nuestras acciones. Nunca será válido culpar a los demás de nuestras deficiencias y de nuestros pecados. Así lo dice San Pablo: antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí porque no sabía lo que hacía, pues estaba lejos de la fe . --

Discernir: decidir con la ayuda del Espíritu Santo

El mundo ha adquirido un mal hábito: la de buscar miles de argumentos a favor de una propuesta y no valorar —ni siquiera escuchar— cualquier otra voz en contrario. Es la actitud soberbia del que quiere llevar adelante su proyecto a toda costa, inclusive si lleva a un estruendoso fracaso o a unas pérdidas extraordinarias. --          Eso puede ocurrir no solo en la vida ordinaria en medio del mundo. También puede ocurrir en la vida espiritual. Hoy, las lecturas de la Santa Misa nos invitan a una reflexión en ese particular. --          En la primera lectura (Sab 9,13-18) escuchamos como el sabio nos habla sobre el gran peligro de tomar decisiones sin Dios. “ Los pensamientos de los mortales son frágiles e inseguros nuestros razonamientos, porque el cuerpo mortal oprime el alma y esta tienda terrena abruma la mente pensativa ”. Nuestra vida, ordinariamente, va cargada de preocupaciones, miedos, deseos, pasiones, prejuicios, ideologías… Todas esas cosas, lejos de ayudar a tomar