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Mostrando entradas de junio, 2022

Libre y con todo

Las lecturas de nuestra Santa Misa nos ilustran sobre las actitudes para el seguimiento a Cristo Jesús. Y aunque cada quien podría identificar múltiples características de esa respuesta a Jesús, solo me limitaré a dos. La primera: la respuesta al Señor es libre. Y debe serlo. Y es tal vez este sea el punto donde los que reciben el mensaje de Cristo les cuesta entender o poner en práctica. Ordinariamente los seres humanos funcionamos con muchas previsiones. Es normal. Cuanto más podamos tener el control de lo que hacemos, gozamos de la certeza de que no habrá nada que haga perder el confort del que disfrutamos. Es por eso que las cosas de las que no podemos tener el control absoluto generan desconfianza. Cuando el Señor pide la disponibilidad de no depender de muchas cosas, los que reciben el llamado no siempre se encuentran cómodos y es por eso que la respuesta inicial no siempre es sí. En las lecturas de hoy escuchamos diferentes actitudes: Eliseo se toma un tiempo para renunciar a to

¿Qué es el 'corazón' en la Biblia?

Sin duda alguna, la primera cosa que nos vendría en mente sería el conjunto de músculos, ventrículos y alvéolos que bombea sangre por nuestro cuerpo. En la Biblia tiene un significado muy preciso que coincide con lo que queremos expresar cuando decimos: “ es alguien de buen corazón ” o “ de mal corazón ”. El “ corazón ” es el centro de la intimidad, de los valores, de los intereses y de los sentimientos. Es algo tan íntimo que hasta Dios lo tiene (Gén 6,6). Nuestro Señor nos enseñó que es del corazón donde provienen las acciones del hombre, por eso no peca el hombre por algo que le llega al corazón sino por lo que sale de él (Mt. 15, 18) De hecho, “ del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual, robos, mentiras, chismes ” (Mt. 15, 19). Dios no solo se detiene en la apariencia, sino que ve el corazón del hombre. Es así como le llama la atención a Samuel que se maravilló ante la presencia del hijo mayor de Jesé, diciéndole: “ Olvídate de su apariencia

Corpus Christi

 Hoy, en Venezuela como en otras partes del mundo, celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Esta es una fiesta que nació a raíz de diversos milagros eucarísticos que fueron presenciados en Europa. La fe en la presencia real de nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía ha sido una constante desde el inicio de la vida de la Iglesia. Como escuchamos en la segunda lectura de nuestra Misa de hoy, San Pablo da testimonio que desde la primitiva Iglesia se celebraba la Santa Misa y que en ella se hace presente el Señor Jesús bajo las especies de pan y vino. De eso no puede dudar nadie. La Sagrada Eucaristía ha sido, es y será el mejor y más grande tesoro de la Iglesia. Sin embargo, podemos notar, porque es evidente, que cada vez menos cristianos valoran la presencia real del Señor. Eso tiene una explicación muy sencilla: no saben quién es Jesucristo. Efectivamente, no pueden valorar al Señor en la Eucaristía porque o bien no saben quién es Jesucristo o bien,

Para saber apreciar

Hoy nos unimos a toda la Iglesia en la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Como bien sabemos, es el misterio de un solo Dios y tres personas distintas de la misma naturaleza e iguales en dignidad. Una de las consecuencias que ha dejado la sociedad moderna es el hecho de dar poco valor a las cosas espirituales y confiar más en la tecnología y en las capacidades propias. De hecho, la cultura ha ido desfigurando el rostro de Dios. Dios ya no es visto como el ser más importante, como el bien más grande y como la verdad que da un sentido a todas las cosas de nuestra vida. Hoy Dios es percibido como una especie de oficina de quejas y como un siervo que debe acudir a resolver todos los desastres que puedan cometer los seres humanos. Así las cosas, no pareciera ser importante saber y, por lo tanto, experimentar en la propia vida que Dios es uno y trino. En las cosas que tienen que ver con nuestro Señor, la sociedad considera como suficiente un conocimiento superficial cuando no mediocre. Y pr

No puede hacerlo por ti

 Hoy nos unimos a toda la Iglesia en la Solemnidad de Pentecostés. Como escuchamos en la primera lectura de Nuestra Santa Misa, cincuenta días después de la Resurrección -la Pascua- descendió visiblemente el Espíritu Santo sobre el Colegio de los Apóstoles. Dios Espíritu Santo, la promesa del Padre, el Abogado, el que intercede por nosotros con gemidos inenarrables, es el alma de la Iglesia: es lo que da vida a la Comunidad de creyentes. El Santo Espíritu de Dios no solo anima a la Iglesia sino que también anima la vida de todo discípulo de Cristo. Efectivamente, el Espíritu Santo comienza a habitar en nuestra alma desde el momento del bautismo y su plenitud lo recibimos en el Sacramento de la Confirmación. Él nos concede sus 7 dones para sugerirnos lo mejor para nuestra vida cristiana. Las circunstancias de la vida de la Iglesia y de la vida de cada creyente están en un continuo cambio. El mundo, el demonio y la carne encuentran nueva formas de apartar el corazón de los creyentes de C