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Mostrando entradas de diciembre, 2021

Como María...

Hoy nos unimos a toda la Iglesia en la solemnidad de Santa María, madre de  Dios. Justo ocho días después de la celebración del nacimiento del Nuestro Señor Jesucristo. A los ocho días del nacimiento, todo varón israelita debía ser circuncidado. La razón es porque Dios lo pidió a Abrahán: sería la una señal de la alianza que hacía con él y sus descendientes (Gn 17, 9-14). Era el modo en que pasaban a formar parte del Pueblo de Dios. Y ese es el relato que escuchamos en el Evangelio de Dios. Ese gesto tiene un contenido esencialmente religioso. Escuchamos también un gesto especial de la Virgen María al que debemos prestar atención. Dice el pasaje del Evangelio: “ María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón ” (Lc 2, 19). Ella, al igual que San José, estaban presenciando una serie de eventos fuera de lo normal y que habrían causado fuertes emociones a cualquier persona. Muchas de esas experiencias no se la habrían imaginado jamás. María pudo verse abrumada por t

Los valores de la familia edifican la sociedad

 Este domingo, el primero después de Navidad, la Iglesia celebra la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. No es difícil suponer la razón: nacido el Niño Jesús, la familia crece. Ahora es José, María y Jesús. En las lecturas de la Santa Misa de hoy, escuchamos algunos consejos de la Sagrada Escritura no solo para la crianza de los hijos, sino para fortalecer los vínculos naturales de la familia. El amor, reconocimiento y respeto de los esposos (Col 3,12-21), el respeto religioso de los hijos a los mayores: padres y abuelos (Ecl 3,2-6.12-14), y la atención y educación de los padres hacia los hijos (Lc 2,41-52). En la Sagrada Familia encontramos un ejemplo de como ponerlo en práctica, que como podemos ver en el Evangelio, no está exento de errores. La razón es muy sencilla: la realidad es muy rica y variada y es imposible prever todas las situaciones. En la práctica, siempre habrá errores, que pueden enmendarse con las herramientas mas sencilla: diálogo, perdón, corrección. Una cosa qu

Hijo de Dios e hijo de María

El tiempo de adviento es un momento especial para conocer mejor a Jesucristo. Y las lecturas de hoy nos ayudan en ese sentido. La primera lectura (Miq 5,1-4) nos dice que ya desde antiguo, se había anunciado que el Mesías —Jesús— nacería en Belén. Y así fue. La segunda lectura, de la carta a los Hebreos (Heb 10,5-10), nos dice que Jesús, al hacerse hombre, se mostró dispuesto a hacer la voluntad de Dios. Por esa disposición, “ todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre ”. Por esa ofrenda de su propia vida todos podemos hacer nuestra la salvación que Cristo nos ofrece. En el Evangelio (Lc 1,39-45), escuchamos de labios de Isabel que Jesús, además de hijo de Dios es hijo de María: “ ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? ”. Pero no solo eso, sino que, en esa misma pregunta, Isabel declara que Jesús es Dios mismo que se ha hecho hombre. Todavía podemos profundizar más. María había concebido a Jesús pocos días antes, cua

Adviento es también poner "la casa en orden"

El domingo pasado reflexionábamos sobre la figura de Juan Bautista quien debía preparar el pueblo de Israel para la llegada del Señor. Y decíamos que era un llamado a hacer un examen de conciencia, para identificar las cosas que son un obstáculo para que podamos encontrarnos con Cristo Jesús. Hoy avanzamos un paso más: adviento es poner la casa en orden. No me refiero a arreglar físicamente nuestra morada, cosa que suele hacerse en estos tiempos decembrinos. Me refiero a la casa de nuestra alma. En el Evangelio de nuestra Santa Misa de hoy (Lc 3,10-18), muchos se acercaban a Juan Bautista y su mensaje de conversión tocaba corazones. Algunos le preguntaban qué debían hacer y la respuesta era sencilla: haz lo que debes hacer y no actúes mal. Los seres humanos del siglo XXI somos complejos pues hemos dejado que otros valores (que no son importantes) y antivalores adquieran relevancia en el día a día. Se trata de eliminar lo que no es importante y rectificar. A las fuerzas del orden, Juan

Quitarnos el lastre

A lo largo de nuestra vida, año tras año, vamos modificando nuestro modo de ver las cosas y vamos asumiendo valores y criterios, no necesariamente buenos. El hecho es que supone una carga muy dura y desgastante. Hay lastres diferentes, todos ellos inútiles e innecesarios. Uno es la moda: un esfuerzo (económico y físico) sin sentido por pretender agradar a otros solo por “aprobación”. Otro lastre es la ideología: asumir unos criterios sin fundamento alguno y tratar de interpretar la vida, volviéndonos esclavos de una idea. Otro lastre más moderno: las redes sociales que causa dependencia y se busca la aprobación mediante unos likes . En todo caso, estamos hablando de una serie de criterios que no nos hacen ser libres. Verdaderamente libres. Esas y muchas otras cosas más, pueden suponer un obstáculo para encontrarnos con Jesús y escuchar su mensaje. En la primera lectura, el profeta invita al pueblo a quitarse el “vestido de luto y aflicción” y a vestirse de “las galas perpetuas de la gl