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Mostrando entradas de diciembre, 2016

La base fundamental de nuestra fe

Siempre es necesario, como dice aquel cantante, buscar el fondo y su razón. De lo contrario, corremos el peligro de hacer las cosas automáticamente, pero sin saber por qué las hacemos. La Navidad, la solemnidad del nacimiento de Cristo, es una oportunidad especial para que recordemos la base fundamental de nuestra fe. Muy por el contrario de lo que la mayoría de la gente piensa, la base fundamental de nuestra fe no es la de creer en un solo Dios. Lo que hace especial y única nuestra fe es el que Dios se hizo hombre y está con nosotros. Y su nombre es Jesús. Hoy la primera lectura y el Evangelio nos recuerdan este hecho fundamental. Lo grandioso y magnífico de la promesa que Dios hizo a la humanidad es que Él mismo se haría uno de nosotros. Inicialmente, el Pueblo de Israel no percibió la grandeza del mensaje de Isaías, puesto que gran parte de los nombres en esa época llevaban el sufijo –el , que significaba Dios . Así, por ejemplo, Samuel significa Dios escucha , Daniel sig

LA ADVERSIDAD NO SEA UN OBSTÁCULO

En la primera lectura de la Misa (Is 35, 1-6) escuchamos las palabras de ánimo del profeta al Pueblo de Israel que venía del exilio. El yermo –tierra seca y deshabitada– conocerá agua fresca que hará de ella un terreno florido. El Pueblo de Israel sintió mucho desánimo al encontrar al territorio de Judá e Israel abandonado, solo, descuidado. Ya no era más la tierra que mana leche y miel. La adversidad forma parte de nuestra vida. Por eso mal hacen algunas mamás y abuelas de ahorrar incomodidades a los niños, porque les privan de un elemento esencial de su experiencia como seres humanos. Su vida después estará desequilibrada. La forma como enfrentamos la adversidad será diferente según seamos hombres de fe o no. Si no somos hombres de fe, entonces, tendremos una visión fatalista de los hechos. Confiaremos solo en nuestras fuerzas y viviremos en una desilusión constante, porque cada vez que veamos un imprevisto, será un obstáculo que minará nuestro ánimo. Si somos hombres

La sobriedad de Juan Bautista

Leemos en el Evangelio que Juan Bautista “usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre”. Ciertamente, este modo de vivir es algo extremo, pero sirve para llamarnos la atención. Juan Bautista es un personaje respetado en la historia de Israel, inclusive por los mismos historiadores judíos. Su importancia no era mediática, sino basada en su testimonio de vida. La sobriedad con que vivía llamaba la atención y confirmaba sus palabras con testimonio de vida. Hasta Herodes, quien le hizo encarcelar, le tenía respeto y le escuchaba. En la vida ordinaria de cada quien, podemos estar sujetos a cientos de necesidades, unas reales, otras imaginarias. Así, una persona puede estar preocupada por conseguir algo para comer esa semana, otra puede estar preocupada porque no consigue el teléfono celular de último modelo. Una mujer puede estar angustiada porque su hijo está enfermo, mientras que otra lo está porque no ha con