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Mostrando entradas de noviembre, 2020

¡No te distraigas!

Estamos hoy al inicio del Adviento, tiempo para prepararnos a la celebración del Nacimiento de Cristo Jesús, Dios y hombre verdadero. Justo hoy, las lecturas de la Santa Misa nos invitan a no distraernos. Hoy estamos bombardeados de estímulos múltiples, casi todos nacidos de intereses egoístas y materialistas: compra porque llega el Black Friday, llega la Navidad compra tal cosa o cual otra…, pero no hace falta que vayas al local, pídelo en línea…, compra tal y cual cosa para la cena de Navidad porque comer es lo más importante…, compra 100 décimos de la lotería porque es el mejor regalo que puedes hacer…, haz ahora tus compras para los regalos de reyes… Todas esas cosas nos distraen y hacen que no nos centremos en lo verdaderamente importante: Jesucristo y su mensaje. En la primera lectura (Is 63, 16-17. 19; 64, 2-7), el profeta se lamenta por el pueblo porque, a pesar de las múltiples manifestaciones del Señor en medio del pueblo, éste no reconocía al Señor. Aún así, Dios se muestra

El rey y el juicio final

  Las dos figuras que las lecturas de la Misa nos presentan son perfectamente familiares: el Pastor y el Rey. El Pastor, quien cuida y guía las ovejas, es el título que Dios se había apropiado desde el Antiguo Testamento. Yahveh es quien cuida y guía al Pueblo de Israel. El título de Rey, en la Biblia, se le reserva por excelencia a Dios. De hecho, cuando el Pueblo de Israel entra en la tierra prometida no tienen un rey, porque Yahveh es el rey de Israel. Cuando el Pueblo de Israel pide un rey a Samuel, el profeta de Yahveh se llena de indignación porque lo ve como una rebeldía contra Dios (1Sam 8,6). En la época de Nuestro Señor, el rey estaba devaluado. Había un rey en Israel, pero quienes mandaban en realidad eran los romanos. No obstante, los Apóstoles no dudan en usar el título de rey para referirse a Nuestro Señor Jesucristo, llegando a llamarlo “ Rey de reyes y Señor de señores ” (Apoc. 17, 14; 19,16; 1Tim 6, 15). También las lecturas de la Misa quieren poner de relieve el

Dejar atrás las apariencias y las excusas

El próximo domingo celebraremos la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, que marca el final del año litúrgico y nos recuerda, además, el fin del mundo. El domingo previo, la Iglesia nos propone una serie de imágenes. En la primera lectura de nuestra Misa escuchamos una reflexión del sabio que debe ser leída dentro de la cultura israelita donde predominaba la figura del varón: una mujer virtuosa es mucho mas valiosa que cualquier tesoro porque “Son engañosos los encantos y vana la hermosura”. Las apariencias son absolutamente pasajeras por definición: solo es el aspecto exterior que no dice nada de lo que hay en realidad. La reflexión lógica para nosotros, mirando sea el fin del mundo que el fin de nuestra vida, es que la apariencia es la cosa más inútil. Es mejor ser que solo parecer. Es mejor ser una buena persona que solo parecer una buena persona. Es mejor ser un buen creyente que solo aparentarlo. Por otra parte, en el Evangelio de nuestra Misa de hoy escuchamos la parábola de

La santidad está en la disposición

El Evangelio de nuestra Misa de hoy nos narra un episodio bastante común en la época en que vivió el Señor. Se trata de un grupo de muchachas que acompaña al novio en su fiesta de bodas. El Señor hace una distinción en el grupo: cinco eran prudentes y cinco eran necias. El final de la parábola resulta en que las necias no entraron a participar en la fiesta de boda. Ahora mismo podríamos preguntarnos qué quiso decir el Señor con esta parábola. Las muchachas necias acudieron a la invitación que les hiciera el novio sin prepararse convenientemente. En una época en la que no hay energía eléctrica, la única forma de iluminar en la noche era mediante lámparas. Normalmente, las lámparas usaban como combustible el aceite. Si se quería participar en una fiesta que duraba toda la noche, habría que proveerse de una buena cantidad de aceite. Y las muchachas necias no lo hicieron. Es importante resaltar que todas las muchachas se quedaron dormidas. Quiere decir que todas sucumbieron al sueño.

Conmemoración de todos los fieles difuntos

Hoy, nuestra Iglesia celebra la conmemoración de los fieles difuntos. Hoy es un día para cumplir con el mandamiento de " amar al prójimo como a ti mismo ". Hoy pedimos al Señor por nuestros hermanos que nos han precedido en el camino hacia la Casa del Padre. A nosotros no se nos ha permitido conocer el destino de nuestros hermanos difuntos. No sabemos si ya están en la felicidad eterna, si necesitan purificar su alma o si no han alcanzado la salvación eterna. Por eso, oramos por ellos. Pedimos al Justo Juez que sea misericordioso con ellos. La Iglesia nos enseña que nuestra vida no termina en el horizonte de nuestra vida. Cerrados los ojos a este mundo, nos presentaremos ante nuestro Señor Jesucristo. Y recibiremos de Él nuestro destino eterno a la espera del juicio final: el Señor nos lo enseña cuando en el pasaje del rico y el pobre Lázaro. El rico y Lázaro ya encuentran su destino, a la espera del fin de los tiempos. San Pablo nos enseña que todos estamos llamados a