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Mostrando entradas de julio, 2023

PERTENECER AL REINO DE DIOS ES FRUTO DEL DISCERNIMIENTO

 Este domingo continuamos escuchando las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo en las que quiere que todos nosotros podamos entender qué cosa es el Reino de Dios (Mt 13, 44-52). Hoy escuchamos cuatro imágenes: a) un hombre que encuentra un tesoro escondido en un campo y que compra el campo. b) Un conocedor de perlas finas que encuentra una muy valiosa y la compra. c) Un pescador que lanza las redes y luego se pone a distinguir los peces buenos de los malos. d) Finalmente, un padre de familia que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas. Todos estos ejemplos que pone el Maestro tienen en común el que la decisión valiente de esos hombres es fruto del conocimiento y de una valoración personal. El hombre que encuentra el tesoro en un campo estima que vale la pena dejar todo lo que tiene para adquirir ese campo con el tesoro. El vendedor de perlas estima que la que ha encontrado es tan valiosa que vale la pena sacrificar todo para adquirirla. El pescador pone su esfuerzo por l

Ciudadanos del Reino

  En la lectura de nuestra Santa Misa de hoy el maestro nos propone una serie de imágenes para explicarnos qué cosa es el Reino. Entre ellas destaca una a la cual los discípulos le piden a Jesús que les diga cuál es su significado. Se trata de la parábola del trigo y la cizaña. Los trabajadores se dan cuenta que entre el trigo hay una maleza muy similar al trigo pero que no sirve para nada y se llama cizaña. Se lo dicen al dueño del campo y este decide dejarlos crecer juntos hasta la ciega momento en el cual separarán el trigo de la cizaña. El Maestro explica su significado: “ El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles

Nuestra disposición es todo lo que Jesús necesita

  El Evangelio de nuestra Santa Misa de hoy (Mt 13, 1-23) nos presenta una parábola del Señor a la cual el Maestro da el significado preciso. Se trata de la parábola del sembrador. Jesús identifica quién es el sembrador, qué cosa es la semilla y cuáles son los significados que tienen los diferentes tipos de campo. La reflexión que hoy quiero compartir se refiere a qué cosa tienen en común los diferentes tipos de terreno a los que llega la Palabra. El Maestro se sirve de cuatro imágenes: el camino (normalmente un terreno duro porque ha sido pisoteado muchísimo tiempo); el terreno pedregoso, lleno de piedras y poca tierra; un terreno lleno de espinos, con buena superficie de tierra, pero ocupada por maleza y vegetación inservible; finalmente, tierra buena, la que está libre de piedras grandes y de malezas. A cada terreno, el Maestro da un significado existencial. El camino es la imagen del hombre que no hace ningún tipo de esfuerzo por comprender el mensaje de Cristo Jesús. La oye,

¿qué es la sencillez de corazón?

  Las lecturas de este domingo tienen una riqueza particular que nos invita a reflexionar sobre un aspecto importantísimo de nuestra vida espiritual: la sencillez de corazón. Evidentemente, el mundo desconoce lo que significa sencillez de corazón . La razón es porque el mundo pone el fundamento de sus criterios en la apariencia: Lo que parece más exótico o más caro o más elegante es lo que el mundo valora como mejor. Y no existe una relación necesaria entre bondad y apariencia. Hay una suerte de fábula en la que un padre pregunta a su hijo si escuchaba algo además del canto de los pájaros. El hijo le responde que oye una carreta. El papá le dice que es una carreta vacía. El niño le pregunta que cómo lo sabe, sin verla y el papá le responde: “ Es muy fácil. Sé que está vacía por el ruido. Cuanto más vacía está la carreta, más ruido hace ”. Las personas que carecen del valor más grande –Dios salvador y señor– y de otros valores, suelen tratar de llenar el vacío haciendo un desgaste

Un amor especial

  La lectura de nuestra Santa Misa de hoy nos ofrece unas pistas para evaluar nuestra vida cristiana en especial por lo que refiere a las intenciones que nacen del corazón. En el Evangelio (Mt 10, 37-42) escuchamos unas palabras en labios de Nuestro Señor Jesucristo que pueden sonar muy fuertes pero que entendidas en el justo contexto se convierten en una maravillosa fuente de espiritualidad cristiana. Dice el Maestro: El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o su hija más que a mí, no es digno de mí. Cualquier persona inadvertidamente podría pensar que el Señor resulta egoísta al ponerse por encima del amor a los propios padres.  Nuestro Señor quiere que entendamos que el amor que espera de nosotros debe ser especial, no igual al de los padres o al de cualquier otra persona. Se trata de un acto del corazón que no debe verse obstaculizado por ningún otro tipo de afecto. Ningún fiel debe afirmar que deja de amar a Dios (o cumplir con sus