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Mostrando entradas de junio, 2012

Y Zacarías escribió: su nombre es Juan

Este domingo, día del Señor, coincide con la Solemnidad de uno de los Santos más grandes de la Iglesia: San Juan Bautista. Nuestro Señor Jesucristo dijo que él un gran elogio: “ Yo se lo digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan Bautista ” (Mt 11, 11). También dijo el Señor de Juan Bautista que él es el último de los profetas y que él era Elías, el que vendría a anunciar la presencia del Mesías entre los hombres (Mt 11, 13-14). San Lucas recoge en su Evangelio los acontecimientos que rodearon su nacimiento: el anuncio a Zacarías, su enmudecimiento por no dar fe a las palabras del ángel, la concepción milagrosa por parte de Isabel y su nacimiento.

Alianza Nueva y Eterna

En la primera lectura escuchamos cómo se selló la Alianza que hizo Dios con el Pueblo de Israel que fue sellada con la sangre de unos novillos. De hecho, la sangre fue rociada al Pueblo como señal del sello del pacto. El autor de la carta a los Hebreos dice que la Alianza Nueva y Eterna, realizada por Dios mismo hecho hombre, fue sellada no por la sangre de novillos, sino por la Sangre de Nuestro Señor. Él es el nuevo mediador de esta Alianza Nueva y Eterna. De hecho, escuchamos en el Evangelio de la Misa de hoy la institución de la Eucaristía, donde el Señor quiso quedarse con nosotros para ser nuestro alimento, nuestro amigo. Cuando decide quedarse escondido en la apariencia del vino dice con una claridad meridiana: “ Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos ”. El Señor ha sellado una Alianza con nosotros. Los términos de esa Alianza son los mismos de la primera: “ Ahora, si ustedes me escuchan atentamente y respetan mi alianza, los tendré por mi

El Misterio central de nuestra fe

Uno de los grandes defectos que tiene la mayoría de los cristianos venezolanos de nuestra época es que están casi convencidos que lo que nos enseña nuestra fe sólo sirve para cuando vamos a Misa. Eso lo llaman los obispos de Venezuela “divorcio entre fe y vida”. Todo lo que nosotros aprendemos de nuestra fe, tiene una influencia en nuestra vida. Desde que estamos en el catecismo habremos escuchado con seguridad que el misterio central de nuestra fe es el misterio de la Santísima Trinidad. Ahora bien, la pregunta segura: “¿Cómo influye en nuestra vida el misterio de la Santísima Trinidad?”