Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2014

El pase de testigo

En las olimpiadas hay una competencia que se llama “carrera de relevos”. cuatro corredores recorren una misma distancia pasándose un tubo largo llamado “testigo” o también “estafeta”. Cada corredor debe poner en mano del siguiente corredor el testigo. La vida de la Iglesia es como una carrera de relevos, solo que no todos corren una distancia igual. Sin embargo, todos deben entregar lo mismo a los siguientes: Cristo Jesús. Ya desde el Antiguo Testamento Dios había determinado que Israel debería ser luz de las naciones para que la salvación alcanzara hasta los últimos rincones de la tierra. El Pueblo de Dios debía iluminar, dar luz a todos los pueblos: dar a conocer al amor de Dios a los hombres, el amor que salva: el Mesías, Cristo Jesús. En el Evangelio es notoria la actitud de Juan Bautista: “ yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios ”. Está hablando de Cristo Jesús, su pariente. Juan Bautista gozaba de una gran ascendencia sobre el Pueblo de Israel,

Tres cosas...

Docilidad : En las lecturas de la Misa de hoy aparece la imagen de la luz. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora . La imagen de la luz – oscuridad es reveladora puesto que en la oscuridad no distinguimos, mientras que con la luz vemos las cosas en sus dimensiones. Jesús se presenta como luz en nuestra vida: solo en Él podemos distinguir y discernir todas las cosas y situaciones de nuestra vida. Lo que verdaderamente distingue al cristiano es la docilidad a Cristo, a luz que nos da con su vida y su palabra. Seamos, entonces, dóciles. Reconocimiento : Los Magos llegaron con un convencimiento a Jerusalén. Todos los signos que Dios les había presentado le indicaban que el Mesías Rey había nacido. Y cuando llegaron a Belén, lo reconocieron. De igual manera, todos debemos reconocer a Cristo como Dios verdadero que ha puesto su morada entre nosotros, como hombre verdadero que h