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Mostrando entradas de marzo, 2013

El problema es saber qué es amar...

En más de una ocasión nos habremos encontrado en alguna situación en la que alguien nos habla de algo y no sabemos a lo que se refiere. Cuando preguntamos ¿qué cosa es? y nos dicen: tal cosa , caemos en la cuenta y decimos: No sabía que se llamaba así, lo conocía por otro nombre . Eso es un fenómeno lingüístico llamado polisemia: referir a una misma realidad diversos nombres. También puede ocurrir que usemos una misma palabra para referirnos a muchas cosas. En cualquier caso, trae el peligro de no saber qué es lo que hablamos o no saber qué son realmente las cosas. Y algo similar pasa con el amar. Se ha aplicado a tantas cosas el término amar que en la mente de la inmensa mayoría no se sabe a ciencia cierta qué es. Amar no es un sentimiento. Los sentimientos son pasajeros. El amor dura para siempre (1Cor 13,8) Amor no es sexo. Las relaciones sexuales deben ser expresión del amor, no de la rienda suelta de los instintos. Con el tiempo la capacidad de mantener relaci

Lo que se esconde detrás de la Imagen...

Lamentablemente los venezolanos, en general, no somos personas que hacemos un esfuerzo por reflexionar. Hemos perdido el hábito de leer, y tácitamente hemos renunciado a reflexionar: nos hemos convertido en personas impulsivas más que reflexivas. Eso tiene algunas consecuencias malas: solo el paso del tiempo nos hace ver cuando actuamos mal y dejamos de escuchar al que nos quería mucho y nos aconsejaba. También trae como consecuencia que el orgullo no nos deja reconocer lo que tenemos alrededor: vivimos en el presente sin estar conscientes de que eso tiene consecuencias en el futuro. Nos hablan pero no escuchamos. Vemos las señales, pero no les prestamos atención. La imagen de Jesús Nazareno (y no debemos olvidarlo, es una imagen) nos habla, pero generalmente el orgullo no nos deja oír. Cuando ves al Señor cargando con la cruz, ¿qué ves? Algunos ven a alguien que le puede conceder lo que necesita. Otros ven al que puede protegerlos del mal. Otros ven a un hombre sufr

Lo que nos enseña el Domingo de Ramos

En la lectura de la pasión de la Santa Misa de hoy encontramos múltiples personajes, pero, quiero detenerme en la consideración de tres personajes. Lamentablemente, la actitud de estos personajes sigue presente en la vida actual.

El peor pecado...

Dice la Sagrada Escritura que el pecado que no se perdona es el pecado contra el Espíritu Santo (Lc 12, 10). Este pecado consiste en negarse a aceptar la salvación por la decisión de no arrepentirse de los propios pecados. Muy cerca de esa decisión está quién no reconoce que sus acciones son pecados, que son actos que se alejan de la Voluntad de Dios. Y ése, según la enseñanza de los Santos Padres, es el peor pecado de nuestro tiempo. En el Evangelio escuchamos la parábola del “hijo pródigo”. Vemos dos actitudes, la del hijo menor y la del hijo mayor. Una y otra son actitudes que debemos evitar.

Saber "leer" los hechos de la vida

En el Evangelio de hoy (Lc 13, 1 - 9), Nuestro Señor quiere aclarar algunas ideas que tenían los israelitas de su tiempo. Ellos pensaban que quienes sufrían desgracias eran objeto de castigo divino. Jesús les dice que no eran ellos más pecadores que cualquiera, pero que deben aprender de ello: Deben ver en ello una gracia especial del Padre que los invita a la conversión de vida. De igual manera San Pablo les recuerda a los corintios que todos los hechos del pasado de Israel “ sucedieron a nuestros antepasados como un ejemplo para nosotros y fueron puestas en las Escrituras como advertencia para los que vivimos en los últimos tiempos. Así pues, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer ”. Todos los hechos de la historia pueden tener un mensaje para nosotros, solo que debemos aprender a “leerlos”. Ya el Papa Beato Juan XXIII invitaba a toda la Iglesia a leer “los signos de los tiempos”, es decir, a saber reconocer los elementos que configuran la sociedad moderna par