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Mostrando entradas de octubre, 2011

El egoísmo... ¡cosa mala!

En el Evangelio de nuestra Santa Misa de hoy sigue la “cayapa” contra Nuestro Señor Jesucristo. Como el Señor había puesto en evidencia a los saduceos, ahora se acercan los fariseos para ponerlo a prueba. No se les ocurre otra cosa que preguntar a Jesús por algo que se la pasaban discutiendo todo el tiempo: ¿Cuál es el mandamiento más importante de la ley?. Y la pregunta tiene algo de razón, porque existían un buen número de preceptos y prohibiciones. Algunos maestros de la ley daban más importancia a algunos y otros maestros afirmaban que eran más importante otros.  Jesús, la Sabiduría de Dios hecha carne, responde con sencillez: “ Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas ”.  Y ahora Jesús, nuestro Maestro, nos da una clase magistral:

Dios y el césar

En no pocas ocasiones, los fariseos y maestros de la Ley quisieron poner en prueba a Jesús. Les molestaba, además de su liderazgo creciente, el hecho de que siempre tuviera una explicación justa y adecuada a sus planteamientos. Por eso, más de una vez le quisieron poner a prueba con toda su mala intención. A veces, lo hacían valiéndose de argumentos que tenían que ver con el cumplimiento de algunos preceptos de la Ley. A lo que Jesús respondía con libertad, pero con toda claridad. Un día, quisieron ponerlo entre la espada y la pared. Le presentaron una interrogante sobre un hecho, aparentemente inocente:

El traje de fiesta

En el Evangelio de nuestra Santa Misa de hoy, el Señor Jesús relata una parábola en la que describe lo que ha sido la historia de la salvación: Dios escogió para sí un pueblo pero ese pueblo no quiso ser fiel a su llamado. La imagen es la de un banquete de bodas del hijo de un rey. Visto que no quisieron participar del banquete, el llamado de Dios se extiende a todos los hombres sin distinción.  Para participar en ese banquete de bodas, hay que ir vestido para la ocasión. El rey se percata de uno que entró sin el traje adecuado,

Los viñadores malvados

Las lecturas de la Misa de hoy nos presentan una de las imágenes usadas en la Sagrada Escritura para referirse al pueblo de Dios: la viña. En el Evangelio el Señor relata una parábola con un significado histórico y doctrinal muy profundo. Te doy unas pistas para su comprensión. 1) El dueño de la viña es Dios Padre que se ha elegido para sí un pueblo. 2) La viña es el pueblo de Israel. A este pueblo Dios le concedió muchísimos cuidados que van desde hechos milagrosos hasta enseñanzas particulares. 3) Los enviados son los profetas: recordemos que los profetas no son los que predicen el futuro, sino los que llevan un mensaje de parte de Dios. Los profetas invitaban al pueblo a ser fieles a la Voluntad de Dios, a apartarse del mal y a confiar ciegamente en Dios. Ellos no siempre fueron bien recibidos, de hecho, muchos de ellos fueron perseguidos, maltratados y asesinados. 4) El hijo del dueño es Jesús. En la parábola anuncia su pasión y muerte. 5) La decisión de “ quit