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Mostrando entradas de abril, 2019

Algunos detalles de la experiencia de los Apóstoles

            Hoy, domingo de la Divina Misericordia, es un día para recordar el amor de Jesús por nosotros los hombres, necesitados siempre del Amor de Dios.             El Evangelio nos relata la actitud del Señor con Tomás, quien no aceptaba el testimonio de sus hermanos apóstoles. Al final, Jesús le invita a reconocer su divinidad. La centralidad de este hecho puede hacer que nos distraigamos de algunos detalles importantes:             Los Apóstoles no salían porque tenían miedo. Así lo escuchamos: estaban en una casa, a puertas cerradas, por miedo a los judíos (Jn 20, 19). A eso acompañaba la tristeza por la muerte de Jesús (Lc 24, 17). La razón de ese miedo y esa tristeza es que no habían tenido una experiencia de encuentro con Jesucristo resucitado.             Después del encuentro con Jesús, perdieron el miedo y la tristeza, y comenzaron a dar testimonio: “hemos visto a Jesús” (Jn 20, 24). En encuentro con Jesús da un sentido nuevo a la vida y nos lleva a anuncia

No dejemos envenenar el corazón

En la lectura de la pasión de la Santa Misa de hoy encontramos múltiples personajes, pero, quiero detenerme en la consideración de tres de ellos. Todos ellos muestran no tener criterio propio y orientan su vida por otros criterios, diferentes del mensaje de Cristo Jesús. Lamentablemente, la actitud de estos personajes sigue presente en la vida actual. El consejo de ancianos o Sanedrín . Nuestro Señor Jesucristo fue particularmente duro con ellos porque, teniendo la responsabilidad de guiar por el buen camino al Pueblo de Dios, no lo hicieron. Con sus palabras y sus conductas desviaron a las gentes de la práctica de la verdadera fe. Sus decisiones estaban basadas en otros criterios –principalmente el político- y no en la voluntad de Dios. Ellos no aceptaron las observaciones que hacía Nuestro Señor Jesús y dejaron que el corazón se le llenara de odio, de envidia, de venganza. La consecuencia de sus acciones no se hizo esperar: amañaron un proceso y mintieron al Procurador para

Una manera diferente de ver la vida

            La conversión —uno de los objetivos de la Cuaresma— implica lo que los estudiosos de la Sagrada Escritura llaman metanoia , es decir, cambio de mentalidad. La conversión o el encuentro con Cristo (¡es lo mismo!) implica una manera diferente de ver el mundo y un significado nuevo a nuestra propia vida.             Quien ha tenido un encuentro con Jesús no puede seguir viviendo de la misma manera. Y la razón es sencilla: los valores y los intereses han cambiado. Jesús los ha cambiado.             En la segunda lectura, tomada de la carta a los filipenses, San Pablo habla de su vida previa y se consideraba una persona perfecta e intachable, pero, después de su encuentro con Jesús (camino a Damasco) toda esa perfección la considera “basura”. La razón de considerar toda una “vida intachable” como basura es que no lo acercaba a Cristo, sino que se convertía en un obstáculo. Evidentemente, una persona que considera que todo lo hace bien y no comete errores, no busca a Cris