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Mostrando entradas de mayo, 2018

Domingo de la Santísima Trinidad - Ciclo B

El libro del Deuteronomio es como el primer catecismo de Israel. Se resume en tres largos discursos de Moisés toda la enseñanza de Moisés. En el primer discurso, Moisés recuerda al pueblo las maravillas que hizo Yahweh en medio de ellos. Les invita a rechazar y alejarse se cualquier cosa que pueda poner en peligro la fe en Dios: idolatría, superstición. Al final del discurso, que escuchamos en la primera lectura de hoy, Moisés invita a todo el pueblo —nosotros incluidos— que haga el obsequio generoso de la inteligencia y la voluntad a Dios Todopoderoso. Eso es lo que se llama fe: “ Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre ”             Hoy que celebramos el Domingo de la Santísima Trinidad es una o

¿Cómo actúa el Espíritu Santo en nosotros y en la Iglesia?

Es una pregunta interesante. No responderla implica el repetir hasta la saciedad que el Espíritu Santo actúa en nosotros y no tener idea de qué estamos hablando. Básicamente, el Espíritu Santo actúa ordinariamente de dos modos. Primero : El Espíritu Santo nos concede la misma vida de Dios. En los sacramentos, nosotros recibimos la gracia santificante. Esto quiere decir que recibimos la condición de hijos de Dios en el bautismo y, mientras tengamos la intensión de vivir según la Voluntad de Dios (eso es vivir en santidad) conservaremos esa amistad con Dios. Si por debilidad, descuido, pereza o maldad perdemos la gracia de Dios, el Espíritu Santo nos concede el perdón por el sacramento de la confesión. El Espíritu Santo hace posible nuestra vinculación con la familia de los hijos de Dios. Segundo : Con sus dones. En la tradición bíblica y en la tradición cristiana católica se identifican siete dones del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, pieda

La Ascensión del Señor… ¿qué significado tiene en mi vida cristiana?

Hoy, en muchos lugares del mundo, se celebra la Ascensión del Señor a los cielos. Ese hecho que leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles (1, 1-11) y en el Evangelio según San Marcos (16, 15-20): pasados cuarenta días de su Resurrección, el Señor reúne a sus discípulos y se despide de ellos. A la vista de ellos, asciende al trono de Dios, a la derecha del Padre. Siempre podemos preguntarnos: ¿qué significado puede tener eso en mi vida como creyente? Después que cada uno ha hecho el obsequio de la inteligencia y el corazón a Cristo Jesús, la vida no tiene el mismo significado de antes. Ahora tenemos la plena convicción de que cada acción tiene valor de eternidad. El bien que yo haga, me vale el cielo, la felicidad eterna. El mal que yo haga, me vale el infierno, la condenación eterna. El cristiano, que acepta a Jesucristo como su Señor y Salvador, busca la felicidad eterna. Y también ser feliz en esta tierra. ¿Qué significa la Ascensión del Seño

Sexto Domingo de Pascua: Permanecer en el amor

El mundo hoy se enfrenta a una situación particular: no sabe qué cosa es el amor. Amar no es un sentimiento: es una decisión reflexionada. Cada quien juzga si una persona es merecedora de su propio afecto y decide buscar el mayor bien posible para ella. Eso es amar. Los sentimientos ayudan y facilitan la decisión, pero, no es eso: los sentimientos son pasajeros. El que desaparezca un sentimiento no quiere decir que desaparezca el amor. Amar es procurar el mayor bien para otra persona. Hoy el Evangelio de la Misa nos deja el mandamiento de Jesús: “ Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado ” Y es claro el sentido: procura el mayor bien posible a los demás, de la misma manera que Jesús lo hizo con los hombres. Hagamos un repaso veloz: Jesús dio de comer a una multitud, perdonó, enseñó, orientó, dio ejemplo, y finalmente, dio su propia vida por la salvación de todos. Así debemos amar a los demás. Amar no es solamente dar cosas: es procurar el