Formamos parte del Reinado de Dios

 Este domingo escuchamos algunas parábolas del Señor que tienen como objetivo explicarnos qué cosa es el Reinado de Dios. Aunque queramos saberlo todo de una vez, el Señor sabe que es mejor ir poco a poco. Tiene su sentido pedagógico: Si lo conocemos todo de una vez, solo lograremos satisfacer nuestra curiosidad, pero no crecemos interiormente.

El Reinado de Dios, enseña el Maestro, es una comunidad que va creciendo sin que exista necesariamente una explicación científica: el Señor va transformando los corazones cuando son fieles a la gracia del Espíritu. A veces no requiere una razón en específico. En muchas ocasiones, personas buscan la paz, buscan llenar un vacío interior o encontrar algo que le dé sentido a la vida, no buscando necesariamente a Jesús. Pero son sinceras y honestas, y saben responder a las mociones del Espíritu. Y así va creciendo el Reinado de Dios.

El elemento importante es cómo recibimos la Palabra y cuánto dejamos que dé frutos en nuestra vida. Si dejamos que el Espíritu actúe en nosotros, haremos de Cristo Jesús el centro de nuestra vida, la razón de todo lo que hacemos y soportamos. Tendremos los pies bien puestos en la tierra, pero con la mirada puesta en el Cielo, como escuchamos en la segunda lectura de la Santa Misa de hoy (2Co 5, 6-10).

Es justo y necesario que el inicio de nuestro seguimiento a Cristo Jesús sea sencillo, sin grandezas. Como un granito de mostaza. Ese germen inicial, esa voluntad inicial de aceptar a Jesús como Salvador, es el inicio del camino para crecer hasta la altura de la plenitud de Cristo (Ef 3, 14). Solo es necesario dejarnos llevar por el Espíritu de Dios.

El crecimiento espiritual, la respuesta a Cristo, no requiere necesariamente una explicación científica o la aplicación de un algoritmo. Es el resultado de la fe que hace que veamos todo de manera diferente a los que están en el mundo. Dejemos que esa semilla de mostaza de nuestra fe vaya creciendo para la gloria de Dios. Y así formamos parte del Reinado de Cristo.

Bendiciones para todos.


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