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Sexto Domingo de Pascua: Permanecer en el amor


El mundo hoy se enfrenta a una situación particular: no sabe qué cosa es el amor.

Amar no es un sentimiento: es una decisión reflexionada. Cada quien juzga si una persona es merecedora de su propio afecto y decide buscar el mayor bien posible para ella. Eso es amar. Los sentimientos ayudan y facilitan la decisión, pero, no es eso: los sentimientos son pasajeros. El que desaparezca un sentimiento no quiere decir que desaparezca el amor.

Amar es procurar el mayor bien para otra persona. Hoy el Evangelio de la Misa nos deja el mandamiento de Jesús: “Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado” Y es claro el sentido: procura el mayor bien posible a los demás, de la misma manera que Jesús lo hizo con los hombres.

Hagamos un repaso veloz: Jesús dio de comer a una multitud, perdonó, enseñó, orientó, dio ejemplo, y finalmente, dio su propia vida por la salvación de todos. Así debemos amar a los demás.

Amar no es solamente dar cosas: es procurar el bien. Una cosa material perecerá al tiempo, pero virtudes, valores, la orientación de los papás a los hijos, un consejo, una corrección y hasta un castigo pueden ser una muestra de amor mayor que un billete o un cheque. El amor nos puede durar toda la vida, los bienes pasajeros, no. El mensaje y la acción de Jesús perduran con el tiempo porque el amor no pasa (1Co 13, 8)

¡DIOS NOS AMA!
Escuchamos en el Evangelio de hoy: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. El donar la vida por otro es la muestra máxima de amor. Y precisamente, esa es la prueba de que Dios nos ama: En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados. ¡Esa es la muestra máxima! Dios se ha dado completamente por nosotros. Permanecer en el amor de Jesús no es otra cosa que aceptarlo y dejarnos guiar por Él. Y el amor de Dios se sigue mostrando día a día. Sólo es necesario que prestemos atención a las muestras de amor de Jesús.

JESÚS NOS MANDA A DAR FRUTO
“Dar fruto” se refiere a las buenas obras. Jesús nos ha mandado al mundo, al ambiente de trabajo, a la vida social, al mundo del deporte. Allí debemos cumplir sus mandamientos (Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor) y des nuestro testimonio de que creemos en Jesús y que Él es nuestro Señor y Salvador con nuestras buenas acciones. No olvides este mandato de Jesús: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.

¡Jesús te bendiga hoy siempre!

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