Mensajero

Si a Jesús le causan dolor los pecados de los hombres, le infligen un particular dolor los desaguisados de los sacerdotes en sus funciones ministeriales.

Y a hemos reflexionado en otras oportunidades que el Corazón de Jesús es la imagen de los sentimientos y el amor de Cristo Jesús. De la misma manera que cada uno de nosotros posee una esfera de emociones y sentimientos, nuestro Señor Jesucristo la posee también, con la única diferencia que en nuestro Señor Jesucristo no cabe ningún tipo de sentimientos pecaminosos.

La Solemnidad de Corpus Christi es una ocasión que el Espíritu Santo brinda a su Iglesia para que reflexionemos sobre el pilar de nuestra vida cristiana. En nuestra parroquia, y en sintonía con el Congreso Eucarístico Nacional, hemos dedicado la semana pasada a la meditación y adoración a nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía y prepararnos convenientemente a la celebración de esta Solemnidad.

Las grandes obras están llenas de pequeños detalles. Son los pequeños detalles los que dan la perfección a un trabajo. No es una enfermedad de escrúpulos ni perfeccionismo sino una realidad que consciente o inconscientemente todos aceptamos.

Pentecostés era una fiesta judía que recordaba la Alianza que hizo Dios con el pueblo de Israel en el monte Horeb. A partir de ese momento, el pueblo de Israel voluntariamente acepta cumplir los mandamientos del Señor y con ello se convierte en el pueblo de Dios. En un día con este significado, la Iglesia recibió la vida que lo anima: El Espíritu Santo.

La celebración de la Ascensión del Señor a los cielos es una fiesta de gran significado para los cristianos. Significa que:

Probablemente al leer el título dirás: “Es evidente”. No me refiero a la compañía de personas (nuestros familiares, amigos o los que comparten con nosotros nuestra fe).